¿Puedes sentir cómo sería vivir tu menstruación como un proceso natural y estable, sin dolor ni molestias?

Soy Estefanía López, y si ésta misma pregunta me la hacen a mí hace unos años, hubiese dicho que eso no es posible. Desde la adolescencia, la amenorrea ( ausencia de menstruación por uno o más ciclos menstruales) era para mí la forma de entender la menstruación, con desajustes hormonales y dolores que me incapacitaban cada vez que sangraba, por lo que me veía en la obligación de tomar analgésicos diarios para callar el dolor. Era tan insostenible que opté por usar un método anticonceptivo (anillo vaginal) para regular la menstruación, pero esto era otro parche que me desconectó por completo durante años de mi feminidad.

Cuando me diagnosticaron del Virus del Papiloma Humano fue cuando toqué fondo y empecé a dar un giro a la relación con mi ciclo y conmigo misma.

Hoy, después de todo lo experimentado y tras decidir hace unos años iniciar un proceso de transformación que me ha traído hasta aquí, te puedo decir : una menstruación sana y sin dolor es posible, y que si escuchamos y atendemos nuestras emociones, una sintomatología pasa a ser un recuerdo de aprendizaje. Lo sé porque ambas cosas las he transitado.

La menstruación es más que un proceso biológico, es un reflejo de nuestro estado interno y una conexión con nuestra naturaleza cíclica.

Cuando el ciclo se vuelve irregular o doloroso, es una invitación a detenernos, mirar hacia adentro y escuchar la señal de que algo necesita ser atendido.